lunes, 19 de agosto de 2013

EL INSTITUTO GUTTMANN.


"Hay golpes en la vida tan fuertes. Yo no sé..." decía Cesar Vallejo cuando oraba Los heraldos negros.

Golpes como del odio de dios…

Hay desgracias en la vida tan grandes que hasta que uno no las vive en primera persona, no sabe que pueden existir. Hay fatalidades tan inmerecidas que hasta que no nos tocan de cerca, no sabemos que son duras y crueles. La vida es desalmada y sádica. Y sus golpes lacerantes caen como lozas en los ánimos más recios, escogiendo las víctimas al azar. Golpes que son tan duros que dejan a la gente pasmada con el amargo sabor de una pesadilla que se muestra muy real…

Siempre hemos oído hablar de familias rotas por un accidente; También hemos oído de jóvenes que de golpe tuvieron la vida suspendida por un desastre; Un vecino del que de repente, nadie tiene noticia… Gente que no ha muerto pero que sin embargo ya tiene un punto y aparte en su vida…

Y allí están en el Instituto Guttmann. Un hospital de neurorehabilitación especializado en el tratamiento medicoquirúrgico y la rehabilitación de personas con todo tipo de discapacidad de origen neurológico. Un centro que tiene como lema:  "Ayudar a empezar nuevas vidas". Nuevas vidas…

A veces pensamos que las lesiones del sistema nervioso o las neurodesgracias sólo pueden tener una forma pero las hay tanto como cavidades y laberintos en el cerebro: dolencias de la médula espinal, traumas cerebrales, ictus, derrames, traumas craneales, neuropatías… Desgracias que no saben de niños, ni de hijos únicos, ni de huerfanos, ni de familias adineradas, ni de inmigrantes lejos de su tierra… Un accidente, una caída, un atropello, un desplome de una viga, un cáncer... todo tipo de infortunios que tienen como finalidad una neurodesgracia. Y todos tienen el mismo informe y el mismo historial: coma, parálisis, sondas de alimentación, hidrocefalia, traqueostomía, cánula, pulsioximetro, manoplas, válvulas y UCI...

Y en el Guttmann tratan este tipo de dolencias que afectan las capacidades, los sueños de futuro, los anhelos y las ansias del propio neuroacfectado y la vida de sus familiares. Allí están todos en su otra realidad… 
He visto cosas terribles, cosas que no se ven en la vida real. He visto a niños sumidos, sin inherencia. He visto a hombres que miraban como si no vieran la realidad. He visto miradas que ya solo transmiten quietud. He visto juventudes anquilosadas y sueños quemados. He visto el dolor del dichoso momento en el que todo se paró y en el que todo cambió.

Hay golpes en la vida tan fuertes… Yo tampoco sé…

Golpes como estos, que representan un antes y un después en la vida, no sólo del que ha sufrido el accidente sino también la de sus familiares. Es duro no volver a oír hablar a un padre. Es duro no volver a ver caminar a un hijo. Es duro no volver a ver reír a una madre. Es duro ver un niño y pensar que nunca podrá tener una vida autónoma. Es duro ver un novio con la cara y la vida completamente destrozadas… Y el dolor se empoza como un sentimiento banal en una situación emocionalmente sangrienta. Y todos, de repente se quedan parados buscando un sentido a la propia existencia y a la rutina de este dolor inexpresable. Nadie puede ser tan fuerte.

“Estos golpes son las caídas hondas de los Cristos del alma, de alguna fe bondadosa que el destino blasfema…“  Pues sí. Se ven en la mirada de todos estos que sufren y que se agarran a una esperanza, una fe firme y sólida para la materialización de un milagro. Gente con la mirada perdida y con el desasosiego de los destinos inciertos porque en esta dolencia, nada es seguro. Y los diagnósticos crepitan como puñales oxidados que se clavan en viejas heridas. Pronósticos que hunden miles de familias que solo buscan un milagro…

Y en el Instituto Guttmann obran para el milagro. Neurorehabilitación, fisioterapeutas, logopedas, neuropsicólogos, asistentes y formadores sociales... Un sinfín de medios para darle a todos  los neuroaccidentados una oportunidad de tener una vida normal, autónoma y una nueva manera social de vivir. Milagros de mano de profesionales: enfermeros, auxiliares, doctores, fisioterapeutas... Milagros de mano de gente sencilla que cada día se pone su bata blanca para higienizar, sanear, cuidar y mimar a todo tipo de pacientes para ayudarles a crear nuevos circuitos neuronales. Los ves por la calle y no lo sabes, pero hacen milagros. Héroes que no saben que lo que ofrecen es mucho mas que una cura. Es la oportunidad de una vida nueva.

Enseñar a alguien que no sabe que sabe es difícil pero enseñar a alguien que ha olvidado que sabe es todavía más difícil. Pero ellos lo consiguen. Lo luchan y lo consiguen a base de profesionalidad, de paciencia y de vocación sentida.

Gracias a tantos héroes que todos juntos hacen una labor tan grande. Gracias Karen, Ari, Jacqueline, John, María, Iñaki, Martí, Sonia, Ainhoa, Marga, Xavi, Marí, Sandra, Ferran, Jose-Antonio, Patricia, Albert, Judit... Todos los de aquella unidad color crema que cada día han ido aportando su pequeño granito de arena para insuflar un poco de soplo de vida a tanta gente que han visto pasar. Gente con panoramas tan desoladores que compungen el alma y hacen suspirar al pensar en lo poco que puede valer un vida y de cómo todo puede ir al traste en un abrir y cerrar de ojos. Un equipo eficaz que va cada día, a dar lo mejor de si mismo. 

Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé...

http://yaivi.blogspot.com 




martes, 13 de agosto de 2013

ABECEGRAMA BALADÍ: CHEJOV.


Aborrezco bestialmente Chejov. 

Días enteros flipando grandemente: hombrías insípidas,  juegos kantistos, largos monólogos…  No ojeo página que reboce simplicidad. Todo unicolor, vehemencia westerniana, xi y zarandeos amorosos.  Bebo cuentos dantescos, exponiendo fatuas gaviotas heridas, incluyendo jaculatorias kilométricas, libertinaje mesurada, nostalgia o pedantería quebradiza. Raras sombras: Trepliev, Uncle Vania, "Wassiliyitch", xoconochtle y Zariechnaia. Amorio balsamico con dadivosas, extensas frases grandilocuentes, hechas imitando juramentos kieveños.  Líos, mentiras, nostalgia opacamente plasmada. Quien relee sus textos únicos ve Wyrouboff, Xenón y Zatóchnik... 

Aborrezco bestialmente Chejov.

ABECEGRAMA

Del lat. Tardío. Abecedarius y del gr. Grámma. “letra”. Un abecegrama es una frase hecha de palabras cuyas letras siguen de forma natural, el orden alfabético. Dicen que en la literatura española de los siglos XVI y XVII ya había abecegramas. En efecto, en El Quijote de la Mancha hay abecegramas en aquellas líneas en las que Miguel de Cervantes explicaba las características de un verdadero enamorado…

“ Él es, según yo veo y a mí me parece, agradecido, bueno, caballero, dadivoso, enamorado, firme, gallardo, honrado, ilustre, leal, mozo, noble, honesto, principal, quantioso, rico y las eses que dicen, y luego, tácito, verdadero. La x no le cuadra, porque es letra áspera; y la y ya está dicha; la z, zelador de tu honra…”

También en la escena IX del primer acto de «Peribáñez y el Comendador de Ocaña», Lope de Vega dejaba Casilda y Peribáñez expresar su amor mediante un abecegrama…

“Pues escucha, y ten paciencia.
La primera letra es A,
que altanero no has de ser;
por la B no me has de hazer
burla para siempre ya.
La C te hará compañero
en mis trabajos; la D
dadivoso, por la fe
con que regalarte espero..."

En mi Abecegrama he usado las letras del alfabeto fonético internacional omitiendo la CH, la Ñ y la LL que forman parte del abecedario español…

Mandria negligente o pereza quijotescamente rebatible supongo…


http://yaivi.blogspot.com