lunes, 28 de marzo de 2016

EL NIÑO Y EL SABIO.



Erase una vez un niño que hablaba con un sabio.
Dicen las lenguas del Antiguo Dahomey que sólo los niños que saben lavarse las manos pueden comer con los mayores. Y parecía que este niño, a pesar de su testarudez, sabía comportarse y por esto el sabio discutía con él… dándole consejos pero el niño parecía ver más lejos.

- Tienes que preguntar siempre antes de coger algo que no es tuyo, le dijo el sabio al niño.

- ¿Por qué? Preguntó el niño.

- Porque así verán que eres un niño muy bien educado.

- ¿Y también dices que tengo que tratar a todo el mundo con respeto?

- Porque sólo así te tratarían con la misma deferencia.

- ¿Y por qué tengo que dar las gracias por todo?

- Porque sólo así valorarás a quién no te las de.

- Y tengo que obrar para la comodidad de los demás.

- Si. Porque esto es empatía. Y las opiniones son más indulgentes con los que piensan en los demás.

- Pero ¿y si los demás no son así?

- Compararse con los demás es devaluarse.

- ¿Y por qué dices que la sinceridad es ley?

- Porque la sinceridad con un poco de inteligencia, te permitía ser un más en cualquier sitio.


Y el niño creció y vio mundo.

Se dio cuenta de que la gente abusaba de las palabras “Siempre” y “Nunca”. Que los reproches eran biblias y que la compasión no tiene nada que ver con la fe hipócrita que procesan algunos. Los principios que su sabio mentor le había prodigado le parecieron arcaicos en este mundo en el que la gente no respetaba ni las palabras. La sinceridad a veces te aleja de los que quieres y adular a los reyes es símbolo de éxito.

El niño se dio cuenta de que al sabio se le había olvidado decir que la bondad no paga bien en todas partes. El amor tiene unidades de medida y darlo todo tampoco era antónimo de fracaso.

Y se preguntó para qué se le llamaba a aquel hombre “Sabio”.

http://yaivi.blogspot.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querida niña, escuchaste a los mayores, creciste, viste mundo y te hiciste sabia...sólo para saber que no sabes nada...pero eso, precisamente eso, es la vida...cada día, comenzar de cero...